ESTE ESPACIO FUÉ DECLARADO MONUMENTO NATURAL EL 1 DE OCTUBRE DE 2003, SIENDO SU EXTENSIÓN DE 121 HECTÁREASDescripción del cartel
¿No le parece éste un lugar encantado? Colores rojizos, suelos finos, recovecos, sombras, agujas...Da la sensación de encontrarnos en un paisaje fantástico. En cierto modo, es cierto. Aquí, hasta 1985 había una importante actividad minera relacionada con el hierro, probablemente desde la época romana, y finalmente con la barita. Estas extracciones dejaron al descubierto un paleokarst formado por roca caliza del Cámbrico, conformando el paisaje actual, que junto a su singularidad botánica y faunística, así como por su interés ecocultural, han supuesto que se haya declarado Monumento Natural.
Testigo de esta importante actividad es el Poblado de la Mina Cerro del Hierro, donde habitaban los empleados de la mina y la “Casa de los Ingleses”, un poco más apartada, donde vivían los ingenieros. Las minas cambiaron la vida de los pueblos vecinos, impulsando un importante desarrollo económico.
La primera parte del itinerario discurre por el antiguo trazado de las vagonetas que transportaban el mineral, pudiendo observarse restos de las antiguas instalaciones y edificios mineros.
Durante la visita, si tenemos suerte, podemos ver a la huidiza cigüeña negra, que a diferencia de su pariente, la cigüeña blanca, evita a los humanos. Más sencillos de encontrarnos en nuestro camino, sobre todo al atardecer, son los roqueros y los aviones, que aprovechan los escondrijos en la roca para anidar. Por otra parte resulta muy interesante observar como la variadísima vegetación autóctona como durillos, madroños, cerezos silvestres, etc. han ido colonizando los recovecos donde les ha sido posible establecerse. En los bosques próximos, además de quejigos, castaños y alcornoques, podemos contemplar robustos ejemplares de robles, muy escasos en Andalucía.
¡Disfrute de los colores, del silencio, del juego de sombras... disfrute del paseo en este lugar verdaderamente mágico!
Testigo de esta importante actividad es el Poblado de la Mina Cerro del Hierro, donde habitaban los empleados de la mina y la “Casa de los Ingleses”, un poco más apartada, donde vivían los ingenieros. Las minas cambiaron la vida de los pueblos vecinos, impulsando un importante desarrollo económico.
La primera parte del itinerario discurre por el antiguo trazado de las vagonetas que transportaban el mineral, pudiendo observarse restos de las antiguas instalaciones y edificios mineros.
Durante la visita, si tenemos suerte, podemos ver a la huidiza cigüeña negra, que a diferencia de su pariente, la cigüeña blanca, evita a los humanos. Más sencillos de encontrarnos en nuestro camino, sobre todo al atardecer, son los roqueros y los aviones, que aprovechan los escondrijos en la roca para anidar. Por otra parte resulta muy interesante observar como la variadísima vegetación autóctona como durillos, madroños, cerezos silvestres, etc. han ido colonizando los recovecos donde les ha sido posible establecerse. En los bosques próximos, además de quejigos, castaños y alcornoques, podemos contemplar robustos ejemplares de robles, muy escasos en Andalucía.
¡Disfrute de los colores, del silencio, del juego de sombras... disfrute del paseo en este lugar verdaderamente mágico!
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