Cerro del Hierro

Cerro del Hierro

El Peñón


Las tardes de noviembre suelen despedirse con bellos contraluces, y las calizas aparecen más teñidas de rojo. Las aves, que durante el día parecen aletargarse o abandonar este lugar, reaparecen ahora con cierta actividad. Al caer el sol es fácil ver y oír al Avión roquero, al Petirrojo, al Colirrojo tizón o al Roquero solitario, entre otros pájaros, y en algún oscuro callejón, un lúgubre ulular, delata la presencia del Búho real. A menudo se escucha también al Cárabo. Inmediatamente antes del anochecer, y con bajas temperaturas, se atreven a salir los grandes Murciélagos rabudos, cuyos chillidos son perfectamente audibles por el ser humano. No así el resto de los quirópteros, los cuales se encuentran ya hibernando.

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