Cerro del Hierro

Cerro del Hierro

SANTA BÁRBARA


Durante la década de los 80, las fiestas de Santa Bárbara se vivían con gran intensidad. Siempre se celebraba el fin de semana más cercano al 4 de diciembre. El viernes hacíamos una fiesta, con el equipo de música que aportábamos los del grupo "La Kantina". Normalmente sólo asistía la juventud local, pero a veces venían amigos de San Nicolás o los que habían venido a pasar el fin de semana.
El sábado, se jugaba un partido de fútbol, casi siempre El Cerro-San Nicolás. También, en el fin de semana se organizaba un partido entre casados y solteros. En dicho día, por la noche, en el salón del bar, y siempre repleto de público, se interpretaba alguna obra cómica de teatro, y se hacían parodias y concursos, e incluso se proyectaban películas y documentales realizados por actores del Cerro.
Después, en pocos minutos había que retirar las bancas y sillas, y los decorados, para dar paso al baile, que durante muchos años y desinteresadamente ofrecimos "La Kantina". El domingo, por la mañana era costumbre de sacar literalmente de la cama a todos los mozos que con el trasnocheo se le pegaban las sábanas. Si era menester, le poníamos un cohete en la ventana de la habitación, o se le sacaba entre unos cuantos, que a lo mejor habían pasado por el mismo trance minutos antes. Poco a poco el personal ya estaba preparado para afrontar el día.
Sobre las diez de la mañana se encendía la candela, (días antes se realizaba un gran acopio de leña para que el candelorio durara varias jornadas).
Siempre había voluntarios para asar las sardinas y hacer la caldereta. Esta consistía casi siempre en algún tipo de carne de ibérico, aunque también algunos años, se degustaron vaquillas que donaba Antonio Rivera (el padre de Paquirri), que tenía la finca a pocos km. Normalmente estos animales se "toreaban" antes, con el consiguiente jolgorio que se armaba, bien en el cortijo, o en la Fábrica, donde se improvisaba un “tendido”.
Los cohetes retumbaban a cada minuto. Una vez, durante la grave crisis de la mina, a falta de cohetes, muchos cazadores , salieron con sus escopetas, a pegar tiros al aire durante la procesión. Ese año la comida consistió en carne de caza menor, sobre todo, conejos abatidos en cacerías organizadas para el evento.
Sobre las doce del mediodía casi todo el personal iba a la iglesia para, tras la misa, coger y/o acompañar a la Santa, siempre rodeada con adornos florales, y que era
llevada a hombros para pasar por delante de todas las casas del poblado minero. Las mujeres le cantaban canciones.
Sobre las dos, toda la gente estaba ya comiendo y bebiendo, y incluso echando un cante. Tras la comida volvíamos a coger a Santa Bárbara para llevarla de nuevo a la iglesia, pero había que hacer una parada en el campo de fútbol, donde se le volvía a cantar.
Por la tarde se volvía al salón donde tocábamos otra vez. Pero había más afluencia de mayores pues la hora era ideal para ellos. Gran parte de la juventud permanecía en la fiesta hasta la madrugada del lunes.
Hoy la fiesta se sigue celebrando, pero han cambiado muchas cosas. Ya no se usa la iglesia, ni la cantina, ni el salón, ni se hacen teatros, y la juventud actual no puede “tirar del carro”, y... pero a lo mejor... un día volvemos a tirar cohetes.

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