Estas cuatro aves representan un Orden que se caracteriza por poseer parte de los dedos anteriores, soldados en su base. A ésto se llama Sindactilia. Con ello aumenta la superficie plantar,ayudándole a aferrarse a las ramas o taludes, donde suelen posarse. Otra particularidad es su vistoso plumaje, bien por el intenso y variado colorido, o por la forma del plumaje. El Martín pescador es un ave ligado a cursos de agua corriente, aunque en varias ocasiones lo he visto en la Charca, pues algunos años cuando la primavera es lluviosa , las aguas se llenan de invertebrados y anfibios que sirven de alimento a estas esporádicas aves. Otra que veremos durante todo el año es la Abubilla, que ya en febrero, alegra las dehesas con su musical canto. Desde finales de marzo es posible ver al Abejaruco, que en pequeños grupos irrumpe desde África, siempre con una algarabía que les sirve para no perder el contacto entre ellos. Durante la temporada de cría suelen perder varios milímetros de sus picos, debido a la excavación de los nidos en los taludes.
Finalmente, y estival como el anterior, vemos a la Carraca, cuyo tamaño y librea la hace inconfundible ante cualquier otra especie europea. Por esta zona es muy rara de observar, siendo la última vez hace más de treinta años, un ejemplar en los eucaliptos que hay detrás de la iglesia.
Realizado con témpera
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